LOS AMOS DEL MUNDO
LOS AMOS DEL MUNDO
Por: Jennifer López
II. La construcción del Imperio
Durante
las guerras napoleónicas, los Rothschild apoyaban por igual a Bonaparte y a
Wellington, pero la jugada maestra la hicieron a raíz de la batalla de
Waterloo. Uno de ellos, un tal Rothwort, fue espectador privilegiado de esta
batalla y una vez que se aseguró que Marte sonreía a Inglaterra y Prusia salió al galope reventando sucesivas monturas, pagó un dineral para
cruzar el canal de la Mancha y luego continuó su galope hasta Londres donde en
la Bolsa de Valores Inglesa, recibido el reporte de Rothwort, Nathan
Rothschild, fingiendo una marcada pesadumbre, se puso a vender sus acciones a
cualquier precio, lo que causó una bajada sin freno en el valor de las
acciones. Los demás agentes de bolsa conociendo el valor de la información que
manejaban los Rothschild, interpretaron que Napoleón había ganado la guerra con
lo que el pánico se apoderó del mercado cayendo a mínimos nunca vistos. En los
últimos momentos, con el tiempo contado, un pequeño grupo de agentes compraban
anónimamente para Rothschild las acciones de la deuda de guerra británica que
se vendían a un precio miserable.
El dia 21 de Junio, se recibió la
noticia del correo especial de Wellington de que éste había ganado la batalla y
Napoleón había sufrido graves pérdidas y a un tercio de sus hombres.
Esto permitió a los Rothschild tener el
control absoluto sobre la economía inglesa y forzó a Inglaterra a establecer un
nuevo Banco de Inglaterra, pero esta vez controlado por Nathan Rothschild. Los
Rothschild obtuvieron más beneficios aún de la Batalla de Waterloo, según la
Enciclopedia Judía. Invirtieron en libras de oro, sabiendo que Wellington las
necesitaría para la campaña en España, se las vendieron a alto precio a éste,
después se las recompraron a bajo precio y se las vendieron de nuevo a la
corona de Portugal para financiar su guerra contra España.
De manera que, después de Waterloo, los
Rothshild ya tenían una gran fortuna. Cuando Napoleón fue vencido, el príncipe
Guillermo, que había dejado su fortuna a cargo de Mayer Rothshild para evitar
que Napoleón la confiscara, tomó su lugar en el trono y los Rothschilds eran
los banqueros más ricos de toda Europa, y lo habían hecho usando la fortuna del
príncipe Guillermo, a quien entregaron el 8% de interés pactado. En una
declaración posterior de Nathan R., este afirmaba que el día del colapso en la
bolsa de Londres, había logrado ganar el 2500% en sus inversiones, así que de
acuerdo a los datos disponibles, si multiplicamos el monto de la fortuna del
príncipe Guillermo en manos de Rothschild, más lo que ellos como banqueros ya
poseían, obtenemos una cifra nunca antes vista de acumulación de riqueza en
toda le historia de Europa. De hecho, se sabe que a mediados del siglo XIX, los
Rothschild poseían el 50% de los recursos financieros del mundo occidental.
Algo digno de hacer notar es que Forbes, nunca ha reportado fehacientemente la
riqueza de los Rothschild, aunque de eso hablaremos más adelante.
El plan para apoderarse de Europa continuó ahora con
Francia. Tras la derrota de Napoleón, los agentes de Rothschild comenzaron a
comprar enormes cantidades de bonos del Gobierno Francés, lo que ocasionó que
su valor se pusiera por las nubes. El 5 de Noviembre, los Rothschild ordenaron
la operación de vender todo de golpe en el mercado, creando un pánico
financiero sin precedentes, con lo que el valor de los bonos del Estado Francés
mermó considerablemente. Así se hicieron con el control de la economía
Francesa. Mayer Rothschild fundó bancos en Inglaterra, Francia y Alemania. Sus
hijos, ya nombrados Barones del imperio austriaco, (el Rey Guillermo les
devolvía los favores) fundaron más bancos en Italia y Austria y expandieron su
imperio financiero por todo el mundo. Por su parte, en otra muestra de
soberbia, Nathan Mayer Rothschild dijo una vez: “No me importa a quien pongan
en el trono de Inglaterra para dirigir el Imperio sobre el que no se pone el
sol. El hombre que controla el suministro de dinero en Inglaterra es el
que dirige Inglaterra y ese soy yo”.
Este
fue el comienzo de la Casa de los Rothschild que controlaba una fortuna
estimada entonces en $300,000,000. En 1913, se estimaba la fortuna
familiar en más de dos mil millones de dólares.
De
lucrar con la guerra en Europa apoyando a los aristócratas de ambos bandos,
venida la paz, los Rothschild empezaron a financiar proyectos de gran
envergadura. Pronto los Rothschilds inundaron Europa con ferrocarriles,
invirtieron en carbón y altos hornos, financiaron a Inglaterra para adquirir el
Canal de Suez (actualmente son socios de la Compañía que administra el Canal),
pagaron para que se exploraran los recursos petrolíferos de Rusia y el Desierto
de Sahara, financiaron a los zares rusos, apoyaron las operaciones de diamantes
de Cecil Rodees, ayudaron a Francia a crear un imperio en África, financiaron a
los monarcas de Hapsburgo y salvaron al Vaticano de la bancarrota (desde
entonces son los dueños de la economía vaticana). En EEUU, por medio de sus
agentes americanos y europeos, ayudaron a financiar la Rockefeller’s Standard
Oil, la empresa de Acero Carnegie Steel, y los ferrocarriles Harriman, el Banco
J.P. Morgan & Co., el Banco Kuhn Loeb & Co., entre otros.
Werner
Sombart, en su libro Los Judíos y el Capitalismo Moderno, escribió que los años
de 1820 en adelante “pueden considerarse como la era de los
Rothschild” y continúa: “hay un solo poder en Europa y éste es
Rothschild.”
Los
Rothschild, siempre han procurado mantener en el anonimato sus inversiones, de
tal suerte que utilizan a sus socios minoritarios haciéndolos aparecer como
socios mayoritarios. Esto se pudo comprobar en innumerables casos. Entre los
más sonados, están: 1) el de la banca italiana ligada al Vaticano y propiedad
de Michelle Sindona; 2) el de J.P. Morgan & Co., quien a la muerte del
supuesto dueño mayoritario (el propio Morgan), se ventiló que no era dueño más
que de un 25% de su imperio financiero; el resto, entre otros accionistas, ya
se sabe a quiénes pertenece.
Tupper
Saussy escribió: “Consciente de que los Rothschilds son una familia
judía importante, les busqué en la Enciclopedia Judaica y descubrí que poseen
el título de “Guardianes del Tesoro del Vaticano” . El nombramiento de los
Rothschild le proporcionó al Papa Negro (el máximo pontífice de la jerarquía
jesuita) una privacidad financiera absoluta. ¿Quién buscaría jamás la llave de
la riqueza del Vaticano en la Casa de unos judíos ortodoxos?”
Desde
entonces, los Rothschild han gozado de toda impunidad tanto de leyes locales
como internacionales. Tienen el privilegio que sólo algunos traficantes,
políticos corruptos y mafiosos tienen: nadie tiene acceso total a sus cuentas.
El objetivo del patriarca se ha visto cumplido a este respecto. Y hablando de
los objetivos o lineamentos originales, los cuales se presume que se cumplen
hasta el día de hoy, fueron establecidos en este tenor:
Amschel
Mayer Rothschild tras su muerte dejó las líneas maestras a sus descendientes:
1) todos los puestos importantes en su
imperio económico serían ocupados por descendientes varones donde el hijo
primogénito sería el patriarca. Esta condición sólo podría ser volcada cuando
la mayoría de la familia estuviera de acuerdo, como en el caso de Nathan, que
pasa a ser el patriarca a la muerte de su padre.
2) la familia debería cerrar los acuerdos
matrimoniales entre familiares (primos etc.), con el fin de conservar la
fortuna de familia (de los 18 matrimonios Rothschild, 16 de los nietos de
Amschel, eran de entre primos hermanos, una práctica conocida hoy como
inbreeding); esto pierde su importancia cuando comienzan a establecer
matrimonios con otras fortunas importantes, como los Schiff, Oppenheimer,
Hanau, y más recientemente, Goldsmith, entre muchos otros.
3) nunca debería haber un inventario de su
fortuna hecho por parte del Estado o la corte judicial, y prohibió cualquier
acción legal o publicación sobre el valor de su patrimonio.
En
1810, los banqueros Francisco Baring y Abraham Goldsmid mueren. Esto deja a
Nathan Mayer Rothschild como el banquero restante principal en Inglaterra.
Salomon Mayer Rothschild va a Viena, Austria y establece el banco, M. von la
ind de Rothschild la Söhne.
La
Inteligencia Americana y Británica han documentado que la Casa de Rothschild, y
otros Banqueros Internacionales, han financiado a los dos bandos de una
guerra desde la Revolución Americana. Durante las Guerra napoleónicas, una
rama familiar financiaba a Napoleón, mientras la otra financiaba a Gran
Bretaña, Alemania y otras naciones.
Los
Rothschilds operan desde el corazón de Londres, la llamada district ‘City’,
que es, sin duda, el centro financiero del mundo, sede de cientos de
bancos, la bolsa de Londres, centro de trading de materias primas, etc. La City
de Londres se encuentra en la rivera del Rio Támesis y disfruta de derechos y
privilegios especiales, así como de cierto grado de independencia. Desde
1215 hasta el día de hoy, sus ciudadanos tienen el privilegio de elegir
anualmente a un alcalde al que llaman Lord Mayor.
De
alguna manera, la City es como un estado soberano, como lo es el Vaticano y
desde la fundación del primer banco privado en Inglaterra en 1694, la City
tiene mucho que decir sobre los asuntos políticos del país. Incluso la
Reina de Inglaterra, en el territorio de la City, está bajo la
jurisdicción del Lord Mayor, porque éste y su comité no responden ante la Reina
ni ante el Parlamento.
A
partir de este punto de inflexión los Rothschild no hicieron más que
incrementar su poder hasta quedar sin rivales en Europa y comenzó para ellos un
nuevo desafío: la conquista de América.
En 1811, la Carta para Rothschild del Banco de los Estados Unidos se agota (la
Carta establecía una vida de 20 años para la concesión) y los votos del
Congreso van en sentido contrario a su renovación. A Nathan Mayer Rothschild no
le resulta divertido y declara: ”Conceden la renovación de la Carta, o los
Estados Unidos se encontrarán con la guerra más desastrosa.“. Sin embargo el
Congreso de los Estados Unidos se mantiene firme y la Carta no es renovada, lo
que obliga a Nathan Mayer Rothschild a publicar otra amenaza: ”Enseñen a
aquellos Americanos impudentes una lección. Devuélvalos al estado colonial.“.
La presión de los Rothschild siguió con amenazas de guerra; en este sentido hay
un comentario que hizo la señora Gutele Schnaper, madre de Nathan: “Si mis
hijos no quieren, no habrá esa guerra”.
Un
año después, apoyado por el dinero de Rothschild, Nathan Mayer ordena a los
Británicos declarar la guerra a los Estados Unidos. El plan de Rothschild era
hacer que los Estados Unidos aumentaran tal deuda en la lucha de esta guerra
que ellos tendrían que rendirse a Rothschild y permitir la renovación de Carta
para Rothschild para que el Primer Banco de los Estados Unidos reabriera sus
puertas.
Bill
Hughes escribe en: “Los terroristas secretos y el enemigo
desenmascarado”: “Los Rothschilds son jesuitas que emplean su pasado
judío como fachada para encubrir sus siniestras actividades. Los Jesuitas,
trabajando a través de los Rothschilds y el financiero Nicholas Biddle,
persiguieron siempre el control del sistema bancario de los Estados
Unidos”.
Tras
la muerte de Mayer Amschel en 1812, el secretario de Metternich escribió: “Ellos son los
corrientes judíos ignorantes de aspecto respetable. Pero ellos tienen un
instinto notable, para elegir lo correcto y entre dos cosas correctas, la
mejor. Son la gente más rica de Europa”.
Con
el advenimiento de las grandes industrias y la banca de valores, el imperio de
los Rothschild se mantuvo en segundo plano apoyando y subsidiando a familias
emergentes en el mundo de las finanzas como los Morgan y Warburgs en Estados
Unidos. Los Morgan siempre respondiendo a sus ordenes, manejaron las finazas de
América del Norte lo mismo que los Warburgs y fue éste último el principal
responsable de la realización del proyecto original y su aprobación en el
congreso de los Estados Unidos del "Acta de la Reserva Federal". Pero
antes de entrar en más detalles sobre este atraco al pueblo norteamericano,
vayamos al análisis de los años previos.
En 1811, James Rothschild, fundó un banco en Paris, mismo que
sigue operando hasta el día de hoy dirigida por los sucesores de James:
Alphonse (1827-1905), Édouard (1868-1949), Guy (1909 -), Alain (1910-1982) y
Elie (1917 -). Fueron James junto con Nathan, los líderes de la familia
Rothschild en lo concerniente a las operaciones bancarias y a los negocios en
Europa. En 1817, después de haber logrado colocar importantes préstamos a la
gran mayoría de los príncipes europeos, el canciller austriaco Metternich,
ascendió a los Rothschild a la nobleza y luego, en 1822, les concedió el título
de barón. Gracias a los vínculos privilegiados que mantuvieron con el gobierno
austríaco de los Habsburgo, los Rothschild se convirtieron en “banqueros de la
Santa Alianza” (integrada por Francisco 1 de Austria, el rey Federico Guillermo
III de Prusia y el zar Alejandro I de Rusia). Pero pronto los hermanos
intervinieron también en compañías de seguros y participaron entonces del
crecimiento económico europeo, especialmente en Inglaterra, al multiplicar sus
inversiones en diferentes sectores (minas, metalurgia y ferrocarriles). Así, en
1820 inauguraron una sucursal bancaria en Viena bajo la dirección de Salomón,
pero fue cerrada después de la anexión de Austria por Alemania (1934); entre
1837 y 1848, James de Rothschild se convirtió en un magnate de los
ferrocarriles en Francia. En Nápoles, Karl, abrió otra sucursal bancaria que se
mantuvo hasta comienzos del siglo XX. Desde estas 5 plazas (Francfort, Londres,
Paris, Viena y Nápoles), los Rothschild se dedicaron al comercio con algodón,
textiles y armas, esenciales en tiempos de guerra.
Los
Rothschild de la segunda generación, los hijos de Mayer Amschel, permanecieron
como extranjeros en los países donde se instalaron. James, por ejemplo, pese a
su gran apego por Francia, nunca adquirió la nacionalidad francesa. Sus hijos,
por el contrario, educados en los mejores colegios, adoptaron plenamente las
costumbres de los países en los cuales hicieron prosperar sus negocios.
Nathaniel se convirtió en lord Rothschild en 1885, Philippe adquirió un dominio
vitícola en la región bordelesa, donde se embotella el famoso
Mouton-Rothschild. Modelados por el medio cultural de adopción, los Rothschild
ejercieron una considerable influencia sobre la economía y la política del país
que los acogió. Así, Alphonse de Rothschild presidió el sindicato de banqueros
que le permitió a Francia pagar rápidamente las indemnizaciones de guerra tras
la derrota contra Alemania. Lionel, que en 1858 fue el primer judío en ingresar
a la Cámara de los comunes, concedió en 1875 un enorme préstamo al gobierno
inglés, lo que le permitió convertirse en el principal accionista de la Compañía del Canal de Suez.
Para
los grandes coleccionistas de arte de fines del siglo XVIII, el papel de los
Rothschild fue circunstancial en la constitución del patrimonio cultural
europeo decimonónico. En efecto, en un siglo donaron más de 65.000 obras de
arte los museos franceses. Charlotte de Rothschild (1825-1899), LA hija mayor de
James, legó a su muerte gran parte de su colección de originales italianos al
museo del Louvre, así como "La lechera" de Greuze, heredada de su
abuelo. Gracias a ella, la colección del compositor Isaac Strauss
constituida por objetos dedicados al culto judío, pudo entrar al Museo de
Cluny. Adolphe, hijo de Karl, jefe de la rama italiana, tenía una colección de
orfebrería religiosa (de los siglos XII-XVI) que legó al Louvre en 1901. Por la
misma época, su primo Ferdinand (1839-1898), nieto de Salomón (1843-1922) y
jefe de la rama austriaca, dejó una notable colección de orfebrería al Museo
Británico.
La
sorprendente colección de arte de los Rothschild, se explica mejor, además de
por su poderío económico y por sus actividades comerciales de toda índole, por
los préstamos vencidos dados a los originarios poseedores de las obras, de modo
que cuando un reino era derrocado o entraba en banca rota, los Rothschild
sacaban ventaja adquiriendo obras a precios ridículos o recibiéndolas como
abonos a las deudas contratadas. Entre sus acreedores, llegaron a contar con
más de doscientos príncipes europeos. De hecho, se sabe que por intermediación
de uno de sus agentes en Rusia, el impresionante tesoro del último Zar de
Rusia, fue puesto bajo su resguardo. A la postre, este enorme capital compuesto
por obras de arte, joyas, diamantes, papel moneda, oro y certificados con valor
comercial, sirvió para financiar el proyecto de la Reserva Federal
norteamericana y respaldar sus primeros fondos ya en operación.
La mancuerna Rothschild – Illuminati, específicamente su ala
jesuita, bajo el mando del “Papa negro”, empezaba a dar frutos. Por su parte,
los banqueros apoyando con prestamos a las monarquías resultantes del Congreso
de Viena, y por el otro, su brazo ideológico, conspirando contra los mismos y
creando conflictos entre ellos para obligarlos a solicitar cada vez más
recursos financieros y así debilitarlos. Se había probado ya la enorme
influencia social que podía desatar la intervención de sus intelectuales
insertados en las principales universidades europeas (sistema que sigue
funcionando en la actualidad) para manipular las formas de pensamiento de la
sociedad; poniendo en la mesa de las discusiones internacionales, todo aquello
que les redituaría un beneficio, tanto en el ámbito científico y religioso,
como en el político, económico y social. Así, los ideales de la Revolución
Francesa, inventados por ellos, serían un duro golpe a las monarquías del cual
nunca se recuperaron. Lo mismo pasó con la invención de Comunismo para crear un
mundo polarizado y cumplir la teoría de Hegel: Tesis + Antitesis = Síntesis.
Pero de este y otros hechos, hablaremos en su oportunidad.
Es tiempo de volver al asunto de la creación de la Reserva
Federal de los Estados Unidos de América. Después de la segunda guerra
Norteamericana – Inglesa, tal como lo predijo Nathan Rotschild, el Estado
norteamericano se encontró con la bancarrota. Aún así se mantuvo firme varios
años negando a los Rothschild el control de su economía. Ante esto, los
Rothschild impulsaron en América grandes fortunas y crearon de la nada a
grandes millonarios, por su puesto, al frente de los bancos que a la postre se
harían con el control de la publicación del dinero. Simplemente, ocultaron sus
nombres detrás de otros como Warburg, Rockefeller y Morgan.
No resulta comprensible ni creíble, que sólo con revelar sus
intenciones, ordenar que se haga tal o cual cosa, presionar económica o
políticamente a los gobiernos, los Rothschild logren ver cumplidos sus
objetivos. En este caso de la instauración de la Reserva Federal en los EUA,
les costó tiempo y esfuerzo, recursos financieros (vg., el tesoro del último
Zar de Rusia) y humanos (la Segunda Guerra Norteamericana – Inglesa). Hubieron
de construir un eje bancario privado poderoso; tuvieron que provocar la “gran
depresión”; fue necesario asesinar al presidente Lincoln, amenazar, cooptar y
sobornar a muchos miembros de las cámaras, y un largo etcétera. He aquí algunos
logros previos y posteriores a la Carta de la Reserva Federal:
-
Primero: la erupción de la Primera
Guerra Mundial que se hizo posible por los fondos disponibles del nuevo banco
central de los Estados Unidos.
-
Segundo, la Depresión Agrícola de 1920.
-
Tercero, la Caída del Viernes Negro en
Wall Street, en octubre de1929, y la
Gran Depresión resultante.
-
Cuarto, Segunda Guerra Mundial.
-
Quinto, la conversión de recursos de
los Estados Unidos y sus ciudadanos de propiedades reales por recursos de papel
desde 1945 al presente, transformando una América victoriosa y el poder mundial
más adelantado en 1945 en la más grande nación deudora del mundo en 1990.
De
esto existe una reseña a extremo detalle escrita por Eustace Mullins (1), bajo encargo y asesoría del poeta y
escritor Ezra Pound (2), en el libro “Mullins On
The Federal Reserve”. Se describe cómo lograron la instauración del Segundo
Banco de Los Estados Unidos y la actual Reserva Federal, bajo la batuta de Paul
Warburg, uno de los socios banqueros más importantes de los Rothschild en
Europa.
Alrededor
del año 1900, los Rotschild enviaron a Estados Unidos a uno de sus agentes,
Paul Warburg, quien debía cooperar con el Banco Kuhn Loeb & Co. Jacob
Schiff y Paul Warburg que emprendieron una campaña tendente a instaurar varios
«Federal Reserve Banks» (FED), instituciones privadas de emisión de moneda. Con
el apoyo de los dos grandes grupos financieros Rotschild y Rockefeller,
lograron fundar un banco central privado con derecho a emitir su propia moneda,
medio legal de pago garantizado al principio por el Estado. La instauración de
la FED, en 1913, permitió que los banqueros internacionales pudieran consolidar
su poderío financiero en Estados Unidos. Paul Warburg fue el primer presidente
de la FED.
Después
de la fundación de la FED se produjo la adopción de la 6ª enmienda de la
Constitución estadounidense, que permitió que el gobierno cobrara un impuesto
sobre los ingresos, como consecuencia de que el gobierno no pudiese emitir más
su propia moneda. De esa manera, los banqueros internacionales se apropiaban
indirectamente del patrimonio privado de todos los norteamerianos. En aquel
momento, los accionistas más importantes de la FED eran:
1.
Los
bancos Rothschild de París y de Londres
2.
El
Banco Lazard frères de París
3.
El
Banco Israel Moses Seif en Italia
4.
El
Banco Warburg en Amsterdam y Hamburgo
5.
El
Banco Lehmann en Nueva York
6.
El
Banco Kuhn Loeb & Co.en Nueva York
7.
El
Banco Rockefeller Chase Manhattan en Nueva York
8.
El
Banco Goldman Sachs en Nueva York.
Mullins
comienza su exposición con esta cita: "G. Edward Griffin expone el
crimen más ruidoso de toda la historia. Está todo aquí: la causa de las
guerras, los ciclos de expansión-caída, inflación, depresión, prosperidad. Es
justo lo que cada americano necesita saber sobre el poder del banco central".
El
gobierno de los Estados Unidos había ordenado la formación de una Comisión
Monetaria Nacional que se encargaría de diseñar un nuevo sistema monetario
capaz de dar certeza al pueblo y de evitar otra gran depresión. Fue el senador
Nelson Aldrich nombrado presidente de tal Comisión. Inicialmente organizó una
excursión a Europa para los miembros de la Comisión que duró dos años, pero sin
resultado alguno, ni siquiera un informe. Pero se sospecha que en esa aventura,
fue cooptado por los agentes de Rothschild para obligarlo a aceptar un plan
prediseñado por ellos y que sería descrito en su oportunidad por Paul Warburg.
El plan fue pues descrito por Warburg en la isla Jekyll (isla comprada unos
años antes por un grupo de millonarios dirigidos por J.P. Morgan). Pero no se
dieron cita los miembros de la Comisión, a excepción de Aldrich y Piatt, sino
banqueros que juntos representaban un sexto de la riqueza mundial. Los
asistentes a tal conspiración fueron: el secretario privado de Aldrich,
Shelton; A. Piatt Andrew, Secretario Auxiliar de la Tesorería, y Ayudante Especial
de la Comisión Monetaria Nacional; Frank Vanderlip, presidente del National
City Bank of New York, Henry P. Davison, socio senior de J.P. Morgan Company, y
generalmente considerado como emisario personal de Morgan; y Charles D. Norton,
presidente del First National Bank of New York dominado por Morgan, Benjamín
Strong, también conocido como lugarteniente de J.P. Morgan; y Paul Warburg que
se había unido recientemente a la casa bancaria Kuhn, Loeb & Co.
Mullins escribe: “El Grupo de Isla Jekyll permaneció en el club durante nueve
días y trabajó furiosamente para completar su tarea... La "reforma
monetaria", plan preparado en Isla Jekyll, sería presentada al Congreso
como el trabajo completo de la Comisión Monetaria Nacional. Era indispensable
que los autores reales del proyecto permanecieran ocultos... Había empezado con
la lucha de Thomas Jefferson contra el esquema de Alexander Hamilton por el
First Bank of the United States, respaldado por James Rothschild. Había
continuado con la guerra exitosa del Presidente Andrew Jackson contra el
esquema de Alexander Hamilton para el Second Bank of the United States en que
Nicholas Biddle estaba actuando como agente para James Rothschild de París...
El problema principal, como Paul Warburg informó a sus colegas, era evitar el
nombre "Banco Central". Por esa razón, había elegido la designación
de "Sistema de la Reserva Federal". Esto engañaría al pueblo al
pensar que no era un banco central... La próxima consideración era ocultar el
hecho que el propuesto "Sistema de la Reserva Federal" sería dominado
por los amos del mercado de dinero de New York... El Artículo 1, Sec. 8,
párrafo 5 de la Constitución expresamente encarga al Congreso con "poder
para acuñar dinero y regular el valor de ese". El plan Warburg privaría al
Congreso de su soberanía, y los sistemas de control y equilibrio de poder
puestos por Thomas Jefferson en la Constitución ahora se destruirían.”
En
1930 la deuda externa de los USA, era casi inexistente. Al día de hoy, gracias
a la Reserva Federal, es de más de un billón de dólares (en notación
estadounidense).
Pero, ¿de dónde salieron los fondos iniciales para iniciar
las operaciones de la FED?. Es sabido que la fortuna de los Rothschild bien
pudieron cubrir ese aspecto, pero también es sabido que ellos prefieren
invertir los fondos de terceros en lugar de los propios. Mullins ha producido
una serie de documentales donde explica y demuestra cómo la envidia del Rey
Jorge de Inglaterra hacia la fortuna de su primo, el zar Nicolás de Rusia, hizo
que encargara a los Rothschid que financiaran a Lenin. El oro que robaron de la
familia real rusa iría a parar a los socios de Rothschild en Estados Unidos
para financiar la creación de la Reserva Federal Americana que, desde entonces,
está bajo su control. Mullins aclara que durante los 70 años que duró el
“comunismo” fue una agencia de cooperación de los Estados Unidos (pagada por el
contribuyente norteamericano) quien consiguió que se mantuviera a flote la
catastrófica economía comunista. La razón de la caída del comunismo fue, ni más
ni menos, que la hacienda estadounidense no pudo continuar sosteniendo a su
“enemigo”, imprescindible para continuar alimentando la industria
armamentística y creando guerras (al estilo de la de Irak) en Corea y Vietnam.
Simplemente, no hubo razón alguna para estas guerras, según Mullins, “había que
hacerlas para dar salida al excedente de armas”. Un repaso a la historia de la
familia Rothschild y a la influencia de la casa real británica en los golpes de
estado a la economía estadounidense a través de la creación de bancos
centrales, completan esta apabullante información.
Desde
otras fuentes puede demostrarse ampliamente lo que Mullins dice en sus
documentales. Por ejemplo, al igual que la influencia Illuminati para provocar
la Revolución Francesa, hubo una influencia similar respecto al comunismo. Karl
Marx fue financiado por el Illuminati para escribir su manifiesto comunista.
Weishaupt introdujo en la filosofía Illuminati a Kant y muy especialmente a
Hegel en la forma de que para tener control de un sistema, era necesario partir
de una Tesis, enfrentarla a la Antitesis y el resultado sería invariablemente
la Síntesis. Capitalismo y Comunismo fueron enfrentados para obtener el Nuevo
Orden Mundial con pleno control de quienes lo proponen.
Con
la economía estadounidense bajo su control, los Rothschild no tardaron en
establecer nuevos objetivos para apoderarse del mundo. Existe un documento
tachado como fraudulento, falso, ficticio, etc., que contiene información sobre
estos nuevos objetivos, que en realidad no eran tan nuevos, sino parte de un
plan global concebido varios años atrás. Se trata de “Los Protocolos de los
Sabios Sión”, documento que fue presentado al zar de Rusia con el fin de
influenciarlo para que aceptara que los judíos en Europa significaban una seria
amenaza. En el capítulo IV, analizaremos algunos extractos de este libro, vistos
a la luz de los conocimientos adquiridos en “El Sistema del Poder”:
1 Eustace
Mullins (Eustace Clarence Mullins, Jr.), es un veterano de la fuerza aérea de
Estados Unidos, con treinta y ocho meses de servicio activo durante la Segunda
Guerra Mundial. Virginiano nativo, fue educado en Washington y Lee University,
Universidad de New York, Universidad de Ohio, Universidad de Dakota del Norte,
la Escuelas des Bellas Artes, San Miguel de Allende, México, y el Instituto de
Artes Contemporáneas, Washington, D.C.
2 Ezra Pound
fue prisionero político durante trece años y medio en el Hospital St.
Elizabeth, Washington, D.C. (institución Federal para dementes). Su descargo
fue grandemente cumplido para los esfuerzos de Mr. Mullins.