martes, 5 de febrero de 2013


En relación con la versión oficial sobre lo sucedido recientemente en la Torre de Pemex.

Las inconsistencias que contiene la versión oficial, no sólo contradicen la evidencia hallada, sino a las mismas leyes de la fisicoquímica. Las explosiones de gas, dado que se trata de eventos que se han estudiado por décadas y que su proliferación ha hecho posibles multitudes de análisis, son eventos que se encuentran perfectamente enmarcados en la teoría resultante. Esta teoría, básicamente dice lo siguiente:

Una explosión de hidrocarburo, tiene dos formas de comportamiento de acuerdo al estado inicial de reactivo: 1) en estado comprimido, y; 2) en estado libre. En estado comprimido, la reacción de combustión se lleva a cabo por un incremento de temperatura, la que ocasiona que todo el combustible reaccione súbitamente. La presión interna se incrementa en tal medida, que el recipiente se parte creando una onda de choque de gran magnitud. En el caso contrario, de un reactivo gaseoso en estado libre, la reacción se lleva a cabo de manera progresiva. Esto quiere decir que la liberación de energía no es súbita, sino secuencial, y la onda de choque no representa el principal agente destructivo, sino el calor generado. La condición para que una reacción progresiva derive en reacción súbita (estallido) y provoque una onda de choque considerable, es la cantidad de gas en relación al espacio que ocupa, es decir, confirme avanza la reacción, aumenta la temperatura, y conforme aumenta la temperatura, la velocidad de reacción se incrementa. Si la temperatura alcanza su nivel crítico, la reacción se hace tan rápida, que todo el combustible sin quemar reacciona súbitamente provocando así la onda expansiva.

Para el caso que nos atañe, se trata de una explosión de gas en estado libre, por lo que el principal efecto esperado, debería ser la generación de calor (y no una onda de choque), que puede superar los 1000 grados C, por lo que todo material combustible expuesto (plástico, cartón, papel, telas, solventes, pintura, etc.) arde inmediatamente. Pero no vemos en las fotografías que se haya dado ese fenómeno, porque inclusive se observan papeles regados por todas partes. Suponiendo que la relación Cantidad de gas – Espacio que ocupa, hubiese dado lugar a un estallido, igual veríamos los efectos de la temperatura en las estructuras metálicas (el hierro funde a +/- 1200 ºC), y lo más importante, la onda de choque resultante manifestaría sus efectos predominantemente hacia fuera del radio de acción de la explosión, no hacia dentro.
Ver imágen:
http://sphotos-f.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-ash3/600715_248659661935601_1533760138_n.jpg

Como puede observarse en la figura, la reacción avanza hacia fuera y conforme aumenta la temperatura avanza más y más rápido, hasta la temperatura crítica, donde el combustible restante (si aún queda), reacciona todo junto provocando una explosión. Pero esta explosión no es tan devastadora si mucho del combustible ya ha sido consumido. Para que la onda expansiva (onda de choque) tenga suficiente poder destructivo, es necesario que la temperatura crítica llegue cuando aún hay mucho reactivo en el ambiente. Caso contrario, cuando se consume todo el reactivo antes de llegar a la temperatura crítica, no se lleva a cabo explosión alguna.
Referencias:
pp.162-163