viernes, 13 de febrero de 2015

EL AMOR OBSESIVO PASIONAL

Dentro de las relaciones humanas, existen varios tipos de sentimientos amorosos. Uno de ellos es el “amor obsesivo pasional”. Se trata de una derivación del amor de pareja que se convierte en una obsesión y que está cargado de pasión, como su nombre lo indica. Pero la expresión, aunque parezca que es suficiente para definir ese tipo de sentimiento, queda en realidad muy lejos de hacerlo, por lo que este ensayo tiene el propósito de abundar en el tema.

Como escribió Erich Fromm, “el amor debe ser un acto de voluntad”, que es contrario a lo que muchos piensan porque confunden el amor con el “enamoramiento”. Esa confusión es la clave para que una relación en etapa de enamoramiento derive, por ciertos elementos y bajo ciertas circunstancias, en un amor obsesivo pasional, que si bien a final de cuentas puede decirse que es amor, es un amor en desequilibrio que puede llegar a ser altamente nocivo para uno o ambos participantes en la relación.

Pero ¿cuáles son esos elementos y esas circunstancias que degradan un enamoramiento hasta convertirlo a obsesión pasional? Y ¿cuáles son las características más emblemáticas del amor obsesivo pasional y de quien lo padece?

Idealismo irreflexivo.

El primer elemento radica en la creencia de haber encontrado a “la persona ideal”, en ignorar su real condición anteponiendo en todo momento el “ideal” para resguardarlo y evitar a toda costa la desilusión. Sin embargo, como NINGUNA PERSONA puede responder a todas las expectativas de su adorador, con el tiempo sobreviene, ya sea la desilusión y el alejamiento, o ya sea la negación de la realidad para mantener “viva” la ilusión. En este segundo caso, de conjuntarse con los demás elementos y circunstancias, se está en riesgo de que el sentimiento original se trasforme en un amor obsesivo.

Problemas de identidad.

El segundo elemento, es la creencia de que nuestra realidad, si es adversa, sólo puede ser cambiada o al menos atenuada a través de relacionarnos sentimentalmente con otra persona a la cual ubicamos como la antítesis de lo que fue, o de lo es nuestra relación con otra pareja. No se concibe “la felicidad” sin esa persona totalmente diferente a lo que tuvimos o tenemos.

Manipulación.

El tercer elemento es contundente. Se refiere a la personalidad del adorador, que a todas luces (valga la expresión) debe ser de instinto manipulador. La persona que cree haber encontrado a su “ideal”, que cree que la felicidad sólo se alcanza a través de relacionarse con esa persona ideal, y que tiene la facilidad para manipular las emociones propias y ajenas, es un amante obsesivo pasional en potencia.

En resumen: un idealismo incapaz de contrastarse con la realidad, una carencia de identidad independiente, y una personalidad tendiente a la manipulación, son los 3 elementos básicos para derivar un enamoramiento en amor obsesivo pasional.

Ahora vayamos a las circunstancias. Cuando los 3 elementos anteriores se enfrentan a una o varias de las siguientes circunstancias, existe el terreno propicio para que se desarrolle un amor obsesivo pasional.

Impedimentos y obstáculos.

Los impedimentos y obstáculos para que una relación no prospere como los enamorados tienen en mente, agregan una carga emotiva sui generis (muy especial o poco común) a la relación. Los hay legales (v.g., uno o ambos están casados), cronológicos (v.g., diferencia de edades), directos, indirectos, socioeconómicos, culturales (v.g., religiosos, lingüísticos, etc.), profesionales (v.g., profesiones o trabajos opuestos, o muy diferentes), geográficos (amores a distancia o con pocos medios de comunicación o con pocos espacios de convivencia), etc. Esta carga emotiva extra, si no se desahoga adecuadamente, produce ansiedad, incertidumbre, mortificación, etc., que al acumularse con el tiempo, desemboca en el sentimiento de que todo está en contra y que lo único bueno de la vida, paradójicamente, es la relación que produce esa ansiedad, por lo que hay que mantenerla por sobre todo lo demás. Las relaciones con impedimentos u obstáculos pueden prosperar si esos factores tienen solución y se trabaja en ello, alejando así el fantasma de la sobre carga emotiva y con ello, la aparición del amor obsesivo pasional o del alejamiento por desencanto.

Frustración y/o depresión.

Enamorarse cuando se está en un proceso de depresión o se vive frustrado, es la garantía de que aparezca el elemento de la idealización irreflexiva cuando se conoce a alguien que puede ser diferente a lo antes conocido. Es muy común que personas que viven insatisfechas con su relación actual y se sienten frustradas, o que están deprimidas por sus relaciones pasadas, alimenten la idea de que la solución se encuentra afuera, en otra persona.

El enamorado obsesivo pasional.

Ahora bien, la parte más interesante de este fenómeno, es definir las características del enamorado obsesivo pasional. Empecemos por decir que se trata de una persona que tiene los elementos antes descritos y se ha enfrentado al menos a una de las circunstancias ya mencionadas sin poder o querer buscarle una solución adecuada. Luego decir que ese amor, por grande que sea (normalmente es muy grande), deja de recaer en el ser amado y se concentra básicamente en el adorador. Es decir, el amante obsesivo pasional se quiere más a sí mismo que lo que pueda querer a su adorada, aunque para él (o ella), sea lo contrario: que ese amor es para su pareja y a causa de su pareja.

Consciente o inconscientemente, todos somos manipuladores. En el caso del amante obsesivo, toda su capacidad manipuladora tiene dos objetivos básicos: 1. Para convencer a su pareja de la majestuosidad del amor que siente por ella, y; 2. Para proteger su imagen ante su pareja y mostrarse siempre “comprometido” con la relación. En el primer caso, todo lo que hace o deja de hacer, dice o calla, demuestra o disimula, “es con el único objetivo” de complacerla o de protegerla. Es así que todo el tiempo se lo recalca, o bien, por medio de ello se justifica en sus fallas u omisiones. En el segundo caso, el de la protección de su imagen, el amante obsesivo siempre busca y encuentra culpables (situaciones, hechos o personas) externas o fuera de “su control” para justificar sus propias fallas. Es común que cuando se trata de algún obstáculo en la relación, el amante obsesivo nunca resuelva ese obstáculo, pues es uno de sus elementos básicos para justificar sus fallas ante su pareja. Es como el empleado que por tener problemas de transporte goza del privilegio de poder llegar tarde al trabajo, pero que pudiendo resolverlo no lo resuelve para no perder dicho privilegio.

“Lo que importa en la relación con el amor es la fe en el propio amor” Nietzsche


Amor significa comprometerse sin garantías, entregarse totalmente con la esperanza de producir amor en la persona amada, el amor es un acto de fe, y quien tenga poca fe, también tiene poco amor.