La nada no
contiene vacío. El vacío está más asociado al espacio-tiempo. Por ejemplo, la “inflación
cósmica” no se debe a un vacío cósmico frente a la nada, porque en la nada, al
no haber vacío, no puede existir una diferencia de potencial de presión, porque
sencillamente, tampoco existe la presión, ni siquiera absoluta. La nada, es
precisamente, nada: no hay propiedades para nada, no hay espacio, no hay
tiempo, nada. El vacío, es pues una característica del espacio-tiempo donde no
coexiste con materia ni energía pero el volumen que ocupa ese espacio sí
existe. Esto no implica que el espacio-tiempo está dentro de la nada, porque la
nada, por propia definición, es nada, por lo tanto, la nada no existe, es una
construcción mental.
Entonces todo lo
que existe, está en el espacio-tiempo. Esto implica que el Universo no tiene
límite o bien, su límite no se puede rebasar con materia o energía porque
dejaría de existir esa materia o esa energía. Es un lugar imaginario donde todo
desaparece, incluyendo el espacio-tiempo, por lo que la existencia de éste, prueba
la no existencia de la nada, de lo contrario, el espacio-tiempo dejaría de
existir.
La idea del
Universo infinito, se explica mediante el modelo del espacio hiperbólico. Mientras
que la observación del espacio plano, se debe a que la concentración de masa
(no sólo la cantidad de masa deforma el espacio-tiempo, sino el grado de
concentración de la misma -y en mayor magnitud), compensa con líneas parabólicas
el devenir del espacio-tiempo haciéndolo parecer plano. Tiempo hiperbólico
lucha contra el tiempo parabólico en una danza que da forma al Universo. El
espacio-tiempo tiende a hiperbolizar el tiempo mientras que la concentración de
masa tiende a parabolizarlo.
Esta idea no
contradice la teoría del BB, pero permite teorizar desde otra perspectiva el
desarrollo de la formación y posterior expansión del Universo. La inflación
cósmica no se debió a un vacío cósmico, sino a la hiperbolización del tiempo,
la cual va disminuyendo en intensidad conforme la masa aparece y se concentra,
primero en pequeñas partículas y poco a poco en cúmulos más grandes hasta
formas nubes, cuerpos celestes, estrellas y hoyos negros.
Para entender
este proceso, es necesario considerar que el espacio-tiempo interfiere con la
materia y la energía y viceversa en una medida constante por unidad de
espacio-tiempo y unidad de masa o unidad de energía. Es decir, no puede haber
más masa o energía en el espacio-tiempo sino aquella que el espacio-tiempo
puede admitir. La interacción es pues, debido a la cantidad de masa o energía que
en un mismo volumen y tiempo coexiste con el espacio-tiempo. Para entender
esto, recurramos a una analogía entre una esponja inmaterial y agua: la esponja
inmaterial es el espacio-tiempo y el agua es la materia. La esponja puede
absorber tanta agua como su estructura lo permita y literalmente, como la
esponja es inmaterial, ocupan el mismo volumen al mismo tiempo. No es como la
idea del éter, donde éste era un contenedor de “cosas” que cuando la “cosa”
ocupaba el mismo espacio, el éter era desplazado, o como el aire que contiene
una pelota o el agua que contiene una piedra. No, el espacio-tiempo forzosamente
tiene que coexistir en las 4 dimensiones con el objeto porque de otra manera,
el objeto no podría existir.
Esa superposición
de materia/energía con el espacio-tiempo (e-t) deriva en una interacción, donde
la masa deforma las líneas de e-t de acuerdo a la concentración de masa en ese
volumen de e.t. El límite de masa que puede coexistir con una unidad mínima de
e-t, no lo conocemos, pero debe estar asociado a cuando el tiempo tiende a
cero. En ese momento, un hoyo negro, por ejemplo, no puede seguir creciendo. Entonces
el tiempo es la capacidad sobrante del e-t de albergar y coexistir con la masa.
En el vacío, esa capacidad es máxima y el tiempo corre a su máxima velocidad,
mientras que no existe deformación alguna en sus líneas. Un e-t sin masa, se
expandiría hiperbólicamente hasta el infinito de modo que sus líneas de tiempo
regresarían al mismo punto de acurdo a la curvatura de sus hipérbolas temporales.
Una estrella de
neutrones, es la forma más concentrada de materia que se conoce. Cuando la concentración
de masa (densidad de materia) por la cantidad de masa, rebasa el límite natural
donde el e-t se deforma a tal grado que puede atrapar a la luz, se forma un
hoyo negro, pero en el centro debería haber una estrella de neutrones súper
masiva. Como el e-t es elástico, un hoyo negro se “come” al e-t para que este
puede albergar más y más materia.
Hay al menos dos
escenarios posibles de lo que sucede en un hoyo negro sin un cambio en la
estructura de la materia: 1. Las “retículas” (cantidad mínima de e-t) de e-t,
se comprimen en su interior hasta el límite donde el tiempo es cero en el
centro del sistema, pero sigue existiendo un tiempo mínimo en las proximidades.
2. La absorción del e-t sigue hasta el infinito mientras siga entrando materia
al hoyo negro sin llegar a un tiempo cero.
Especulando, si en
el Universo sólo quedaran hoyos negros, incluso sin materia bariónica, y se llegasen
a juntar todos los hoyos negros, regresaríamos al momento previo al BB, lo
cual, dadas las distancias, la deriva hiperbólica (que parece predominar sobre la
conjunción parabólica) y la energía Entrópica, se antoja muy improbable.
Lo que ocurre en
un hoyo negro con la materia, teóricamente conformada por neutrones, es
impredecible, aunque podría teorizarse acerca de la descomposición de estas
partículas en quarks, bosones, fermiones u otras partículas sub atómicas
elementales, pero conservando la propiedad masiva, ya que de lo contrario, el
efecto gravitacional desaparecería instantáneamente dando lugar a un fenómeno
difícil de predecir.
El e-t, al ser
considerado como “algo”, algo que existe y que permite la existencia de cuanto
contiene, puede, y seguramente tiene, ciertas propiedades. Una de ellas, es por
supuesto su capacidad de albergar materia/energía; otra es su capacidad para
elongarse y contraerse; su inseparabilidad del tiempo (aunque en el límite de
la contracción, podemos pensar en un espacio sin tiempo); su capacidad de “moverse”
(por ejemplo, durante la inflación); quizá tenga la propiedad de que en su
movimiento, pueda arrastrar materia (esto explicaría la velocidad expansión del
Universo sin necesidad de materia oscura), dadas las interacciones que tiene
con la materia, es decir, la expansión del e-t, precedería, lógicamente, y
ayudaría a la expansión del Universo.
Jenny López/ 01/06/2024
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