sábado, 31 de agosto de 2013

LOS AMOS DEL MUNDO Cap. II

LOS AMOS DEL MUNDO



Por: Jennifer López


II. La construcción del Imperio

Durante las guerras napoleónicas, los Rothschild apoyaban por igual a Bonaparte y a Wellington, pero la jugada maestra la hicieron a raíz de la batalla de Waterloo. Uno de ellos, un tal Rothwort, fue espectador privilegiado de esta batalla y una vez que se aseguró que Marte sonreía a Inglaterra y Prusia salió al galope reventando sucesivas monturas, pagó un dineral para cruzar el canal de la Mancha y luego continuó su galope hasta Londres donde en la Bolsa de Valores Inglesa, recibido el reporte de Rothwort, Nathan Rothschild, fingiendo una marcada pesadumbre, se puso a vender sus acciones a cualquier precio, lo que causó una bajada sin freno en el valor de las acciones. Los demás agentes de bolsa conociendo el valor de la información que manejaban los Rothschild, interpretaron que Napoleón había ganado la guerra con lo que el pánico se apoderó del mercado cayendo a mínimos nunca vistos. En los últimos momentos, con el tiempo contado, un pequeño grupo de agentes compraban anónimamente para Rothschild las acciones de la deuda de guerra británica que se vendían a un precio miserable.

El dia 21 de Junio, se recibió la noticia del correo especial de Wellington de que éste había ganado la batalla y Napoleón había sufrido graves pérdidas y a un tercio de sus hombres.

Esto permitió a los Rothschild tener el control absoluto sobre la economía inglesa y forzó a Inglaterra a establecer un nuevo Banco de Inglaterra, pero esta vez controlado por Nathan Rothschild. Los Rothschild obtuvieron más beneficios aún de la Batalla de Waterloo, según la Enciclopedia Judía. Invirtieron en libras de oro, sabiendo que Wellington las necesitaría para la campaña en España, se las vendieron a alto precio a éste, después se las recompraron a bajo precio y se las vendieron de nuevo a la corona de Portugal para financiar su guerra contra España.

De manera que, después de Waterloo, los Rothshild ya tenían una gran fortuna. Cuando Napoleón fue vencido, el príncipe Guillermo, que había dejado su fortuna a cargo de Mayer Rothshild para evitar que Napoleón la confiscara, tomó su lugar en el trono y los Rothschilds eran los banqueros más ricos de toda Europa, y lo habían hecho usando la fortuna del príncipe Guillermo, a quien entregaron el 8% de interés pactado. En una declaración posterior de Nathan R., este afirmaba que el día del colapso en la bolsa de Londres, había logrado ganar el 2500% en sus inversiones, así que de acuerdo a los datos disponibles, si multiplicamos el monto de la fortuna del príncipe Guillermo en manos de Rothschild, más lo que ellos como banqueros ya poseían, obtenemos una cifra nunca antes vista de acumulación de riqueza en toda le historia de Europa. De hecho, se sabe que a mediados del siglo XIX, los Rothschild poseían el 50% de los recursos financieros del mundo occidental. Algo digno de hacer notar es que Forbes, nunca ha reportado fehacientemente la riqueza de los Rothschild, aunque de eso hablaremos más adelante.

El plan para apoderarse de Europa continuó ahora con Francia. Tras la derrota de Napoleón, los agentes de Rothschild comenzaron a comprar enormes cantidades de bonos del Gobierno Francés, lo que ocasionó que su valor se pusiera por las nubes. El 5 de Noviembre, los Rothschild ordenaron la operación de vender todo de golpe en el mercado, creando un pánico financiero sin precedentes, con lo que el valor de los bonos del Estado Francés mermó considerablemente. Así se hicieron con el control de la economía Francesa. Mayer Rothschild fundó bancos en Inglaterra, Francia y Alemania. Sus hijos, ya nombrados Barones del imperio austriaco, (el Rey Guillermo les devolvía los favores) fundaron más bancos en Italia y Austria y expandieron su imperio financiero por todo el mundo. Por su parte, en otra muestra de soberbia, Nathan Mayer Rothschild dijo una vez: “No me importa a quien pongan en el trono de Inglaterra para dirigir el Imperio sobre el que no se pone el sol. El hombre que controla el suministro de dinero en  Inglaterra es el que dirige Inglaterra y ese soy yo”.

Este fue el comienzo de la Casa de los Rothschild que controlaba una fortuna estimada entonces en  $300,000,000. En 1913, se estimaba la fortuna familiar en más de dos mil millones de dólares.

De lucrar con la guerra en Europa apoyando a los aristócratas de ambos bandos, venida la paz, los Rothschild empezaron a financiar proyectos de gran envergadura. Pronto los  Rothschilds inundaron Europa con ferrocarriles, invirtieron en carbón y altos hornos, financiaron a Inglaterra para adquirir el Canal de Suez (actualmente son socios de la Compañía que administra el Canal), pagaron para que se exploraran los recursos petrolíferos de Rusia y el Desierto de Sahara, financiaron a los zares rusos, apoyaron las operaciones de diamantes de Cecil Rodees, ayudaron a Francia a crear un imperio en África, financiaron a los monarcas de Hapsburgo  y salvaron al Vaticano de la bancarrota (desde entonces son los dueños de la economía vaticana). En EEUU, por medio de sus agentes americanos y europeos, ayudaron a financiar la Rockefeller’s Standard Oil, la empresa de Acero Carnegie Steel, y los ferrocarriles Harriman, el Banco J.P. Morgan & Co., el Banco Kuhn Loeb & Co., entre otros.

Werner Sombart, en su libro Los Judíos y el Capitalismo Moderno, escribió que los años de 1820 en adelante  “pueden considerarse como la era de los  Rothschild” y continúa: “hay un solo poder en Europa y éste es Rothschild.”

Los Rothschild, siempre han procurado mantener en el anonimato sus inversiones, de tal suerte que utilizan a sus socios minoritarios haciéndolos aparecer como socios mayoritarios. Esto se pudo comprobar en innumerables casos. Entre los más sonados, están: 1) el de la banca italiana ligada al Vaticano y propiedad de Michelle Sindona; 2) el de J.P. Morgan & Co., quien a la muerte del supuesto dueño mayoritario (el propio Morgan), se ventiló que no era dueño más que de un 25% de su imperio financiero; el resto, entre otros accionistas, ya se sabe a quiénes pertenece.

Tupper Saussy escribió: “Consciente de que los Rothschilds son una familia judía importante, les busqué en la Enciclopedia Judaica y descubrí que poseen el título de “Guardianes del Tesoro del Vaticano” . El nombramiento de los Rothschild le proporcionó al Papa Negro (el máximo pontífice de la jerarquía jesuita) una privacidad financiera absoluta. ¿Quién buscaría jamás la llave de la riqueza del Vaticano en la Casa de unos judíos ortodoxos?” 

Desde entonces, los Rothschild han gozado de toda impunidad tanto de leyes locales como internacionales. Tienen el privilegio que sólo algunos traficantes, políticos corruptos y mafiosos tienen: nadie tiene acceso total a sus cuentas. El objetivo del patriarca se ha visto cumplido a este respecto. Y hablando de los objetivos o lineamentos originales, los cuales se presume que se cumplen hasta el día de hoy, fueron establecidos en este tenor:
Amschel Mayer Rothschild tras su muerte dejó las líneas maestras a sus descendientes:

1)      todos los puestos importantes en su imperio económico serían ocupados por descendientes varones donde el hijo primogénito sería el patriarca. Esta condición sólo podría ser volcada cuando la mayoría de la familia estuviera de acuerdo, como en el caso de Nathan, que pasa a ser el patriarca a la muerte de su padre.

2)      la familia debería cerrar los acuerdos matrimoniales entre familiares (primos etc.), con el fin de conservar la fortuna de familia (de los 18 matrimonios Rothschild, 16 de los nietos de Amschel, eran de entre primos hermanos, una práctica conocida hoy como inbreeding); esto pierde su importancia cuando comienzan a establecer matrimonios con otras fortunas importantes, como los Schiff, Oppenheimer, Hanau, y más recientemente, Goldsmith, entre muchos otros.

3)      nunca debería haber un inventario de su fortuna hecho por parte del Estado o la corte judicial, y prohibió cualquier acción legal o publicación sobre el valor de su patrimonio.

En 1810, los banqueros Francisco Baring y Abraham Goldsmid mueren. Esto deja a Nathan Mayer Rothschild como el banquero restante principal en Inglaterra. Salomon Mayer Rothschild va a Viena, Austria y establece el banco, M. von la ind de Rothschild la Söhne.

La Inteligencia Americana y Británica han documentado que la Casa de Rothschild, y otros Banqueros Internacionales, han financiado a los dos bandos de una guerra desde la Revolución Americana. Durante las Guerra napoleónicas, una rama familiar financiaba a Napoleón, mientras la otra financiaba a Gran Bretaña, Alemania y otras naciones.  

Los Rothschilds operan desde el corazón de Londres, la llamada district ‘City’,  que es, sin duda, el centro financiero del mundo, sede de cientos de bancos, la bolsa de Londres, centro de trading de materias primas, etc. La City de Londres se encuentra en la rivera del Rio Támesis y disfruta de derechos y privilegios especiales, así como de cierto grado de independencia. Desde 1215 hasta el día de hoy,  sus ciudadanos tienen el privilegio de elegir anualmente a un alcalde al que llaman Lord Mayor.

De alguna manera, la City es como un estado soberano, como lo es el Vaticano y desde la fundación del primer banco privado en Inglaterra en 1694, la City tiene mucho que decir sobre los asuntos políticos del país. Incluso la Reina de Inglaterra, en el territorio de la City, está bajo la jurisdicción del Lord Mayor, porque éste y su comité no responden ante la Reina ni ante el Parlamento.

A partir de este punto de inflexión los Rothschild no hicieron más que incrementar su poder hasta quedar sin rivales en Europa y comenzó para ellos un nuevo desafío: la conquista de América.

En 1811, la Carta para Rothschild del Banco de los Estados Unidos se agota (la Carta establecía una vida de 20 años para la concesión) y los votos del Congreso van en sentido contrario a su renovación. A Nathan Mayer Rothschild no le resulta divertido y declara: ”Conceden la renovación de la Carta, o los Estados Unidos se encontrarán con la guerra más desastrosa.“. Sin embargo el Congreso de los Estados Unidos se mantiene firme y la Carta no es renovada, lo que obliga a Nathan Mayer Rothschild a publicar otra amenaza: ”Enseñen a aquellos Americanos impudentes una lección. Devuélvalos al estado colonial.“. La presión de los Rothschild siguió con amenazas de guerra; en este sentido hay un comentario que hizo la señora Gutele Schnaper, madre de Nathan: “Si mis hijos no quieren, no habrá esa guerra”.

Un año después, apoyado por el dinero de Rothschild, Nathan Mayer ordena a los Británicos declarar la guerra a los Estados Unidos. El plan de Rothschild era hacer que los Estados Unidos aumentaran tal deuda en la lucha de esta guerra que ellos tendrían que rendirse a Rothschild y permitir la renovación de Carta para Rothschild para que el Primer Banco de los Estados Unidos reabriera sus puertas.

Bill Hughes escribe en: “Los terroristas secretos y el enemigo desenmascarado”: “Los Rothschilds son jesuitas que emplean su pasado judío como fachada para encubrir sus siniestras actividades. Los Jesuitas, trabajando a través de los Rothschilds y el financiero Nicholas Biddle,  persiguieron siempre el control del sistema bancario de los Estados Unidos”.

Tras la muerte de Mayer Amschel en 1812, el secretario de Metternich escribió: “Ellos son los corrientes judíos ignorantes de aspecto respetable. Pero ellos tienen un instinto notable, para elegir lo correcto y entre dos cosas correctas, la mejor. Son la gente más rica de Europa”.

Con el advenimiento de las grandes industrias y la banca de valores, el imperio de los Rothschild se mantuvo en segundo plano apoyando y subsidiando a familias emergentes en el mundo de las finanzas como los Morgan y Warburgs en Estados Unidos. Los Morgan siempre respondiendo a sus ordenes, manejaron las finazas de América del Norte lo mismo que los Warburgs y fue éste último el principal responsable de la realización del proyecto original y su aprobación en el congreso de los Estados Unidos del "Acta de la Reserva Federal". Pero antes de entrar en más detalles sobre este atraco al pueblo norteamericano, vayamos al análisis de los años previos.

En 1811, James Rothschild, fundó un banco en Paris, mismo que sigue operando hasta el día de hoy dirigida por los sucesores de James: Alphonse (1827-1905), Édouard (1868-1949), Guy (1909 -), Alain (1910-1982) y Elie (1917 -). Fueron James junto con Nathan, los líderes de la familia Rothschild en lo concerniente a las operaciones bancarias y a los negocios en Europa. En 1817, después de haber logrado colocar importantes préstamos a la gran mayoría de los príncipes europeos, el canciller austriaco Metternich, ascendió a los Rothschild a la nobleza y luego, en 1822, les concedió el título de barón. Gracias a los vínculos privilegiados que mantuvieron con el gobierno austríaco de los Habsburgo, los Rothschild se convirtieron en “banqueros de la Santa Alianza” (integrada por Francisco 1 de Austria, el rey Federico Guillermo III de Prusia y el zar Alejandro I de Rusia). Pero pronto los hermanos intervinieron también en compañías de seguros y participaron entonces del crecimiento económico europeo, especialmente en Inglaterra, al multiplicar sus inversiones en diferentes sectores (minas, metalurgia y ferrocarriles). Así, en 1820 inauguraron una sucursal bancaria en Viena bajo la dirección de Salomón, pero fue cerrada después de la anexión de Austria por Alemania (1934); entre 1837 y 1848, James de Rothschild se convirtió en un magnate de los ferrocarriles en Francia. En Nápoles, Karl, abrió otra sucursal bancaria que se mantuvo hasta comienzos del siglo XX. Desde estas 5 plazas (Francfort, Londres, Paris, Viena y Nápoles), los Rothschild se dedicaron al comercio con algodón, textiles y armas, esenciales en tiempos de guerra.

Los Rothschild de la segunda generación, los hijos de Mayer Amschel, permanecieron como extranjeros en los países donde se instalaron. James, por ejemplo, pese a su gran apego por Francia, nunca adquirió la nacionalidad francesa. Sus hijos, por el contrario, educados en los mejores colegios, adoptaron plenamente las costumbres de los países en los cuales hicieron prosperar sus negocios. Nathaniel se convirtió en lord Rothschild en 1885, Philippe adquirió un dominio vitícola en la región bordelesa, donde se embotella el famoso Mouton-Rothschild. Modelados por el medio cultural de adopción, los Rothschild ejercieron una considerable influencia sobre la economía y la política del país que los acogió. Así, Alphonse de Rothschild presidió el sindicato de banqueros que le permitió a Francia pagar rápidamente las indemnizaciones de guerra tras la derrota contra Alemania. Lionel, que en 1858 fue el primer judío en ingresar a la Cámara de los comunes, concedió en 1875 un enorme préstamo al gobierno inglés, lo que le permitió convertirse en el principal accionista de la Compañía del Canal de Suez.

Para los grandes coleccionistas de arte de fines del siglo XVIII, el papel de los Rothschild fue circunstancial en la constitución del patrimonio cultural europeo decimonónico. En efecto, en un siglo donaron más de 65.000 obras de arte los museos franceses. Charlotte de Rothschild (1825-1899), LA hija mayor de James, legó a su muerte gran parte de su colección de originales italianos al museo del Louvre, así como "La lechera" de Greuze, heredada de su abuelo. Gracias a ella, la colección del compositor Isaac Strauss  constituida por objetos dedicados al culto judío, pudo entrar al Museo de Cluny. Adolphe, hijo de Karl, jefe de la rama italiana, tenía una colección de orfebrería religiosa (de los siglos XII-XVI) que legó al Louvre en 1901. Por la misma época, su primo Ferdinand (1839-1898), nieto de Salomón (1843-1922) y jefe de la rama austriaca, dejó una notable colección de orfebrería al Museo Británico.

La sorprendente colección de arte de los Rothschild, se explica mejor, además de por su poderío económico y por sus actividades comerciales de toda índole, por los préstamos vencidos dados a los originarios poseedores de las obras, de modo que cuando un reino era derrocado o entraba en banca rota, los Rothschild sacaban ventaja adquiriendo obras a precios ridículos o recibiéndolas como abonos a las deudas contratadas. Entre sus acreedores, llegaron a contar con más de doscientos príncipes europeos. De hecho, se sabe que por intermediación de uno de sus agentes en Rusia, el impresionante tesoro del último Zar de Rusia, fue puesto bajo su resguardo. A la postre, este enorme capital compuesto por obras de arte, joyas, diamantes, papel moneda, oro y certificados con valor comercial, sirvió para financiar el proyecto de la Reserva Federal norteamericana y respaldar sus primeros fondos ya en operación.

La mancuerna Rothschild – Illuminati, específicamente su ala jesuita, bajo el mando del “Papa negro”, empezaba a dar frutos. Por su parte, los banqueros apoyando con prestamos a las monarquías resultantes del Congreso de Viena, y por el otro, su brazo ideológico, conspirando contra los mismos y creando conflictos entre ellos para obligarlos a solicitar cada vez más recursos financieros y así debilitarlos. Se había probado ya la enorme influencia social que podía desatar la intervención de sus intelectuales insertados en las principales universidades europeas (sistema que sigue funcionando en la actualidad) para manipular las formas de pensamiento de la sociedad; poniendo en la mesa de las discusiones internacionales, todo aquello que les redituaría un beneficio, tanto en el ámbito científico y religioso, como en el político, económico y social. Así, los ideales de la Revolución Francesa, inventados por ellos, serían un duro golpe a las monarquías del cual nunca se recuperaron. Lo mismo pasó con la invención de Comunismo para crear un mundo polarizado y cumplir la teoría de Hegel: Tesis + Antitesis = Síntesis. Pero de este y otros hechos, hablaremos en su oportunidad.

Es tiempo de volver al asunto de la creación de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América. Después de la segunda guerra Norteamericana – Inglesa, tal como lo predijo Nathan Rotschild, el Estado norteamericano se encontró con la bancarrota. Aún así se mantuvo firme varios años negando a los Rothschild el control de su economía. Ante esto, los Rothschild impulsaron en América grandes fortunas y crearon de la nada a grandes millonarios, por su puesto, al frente de los bancos que a la postre se harían con el control de la publicación del dinero. Simplemente, ocultaron sus nombres detrás de otros como Warburg, Rockefeller y Morgan.

No resulta comprensible ni creíble, que sólo con revelar sus intenciones, ordenar que se haga tal o cual cosa, presionar económica o políticamente a los gobiernos, los Rothschild logren ver cumplidos sus objetivos. En este caso de la instauración de la Reserva Federal en los EUA, les costó tiempo y esfuerzo, recursos financieros (vg., el tesoro del último Zar de Rusia) y humanos (la Segunda Guerra Norteamericana – Inglesa). Hubieron de construir un eje bancario privado poderoso; tuvieron que provocar la “gran depresión”; fue necesario asesinar al presidente Lincoln, amenazar, cooptar y sobornar a muchos miembros de las cámaras, y un largo etcétera. He aquí algunos logros previos y posteriores a la Carta de la Reserva Federal:

-          Primero: la erupción de la Primera Guerra Mundial que se hizo posible por los fondos disponibles del nuevo banco central de los Estados Unidos.
-          Segundo, la Depresión Agrícola de 1920.
-          Tercero, la Caída del Viernes Negro en Wall Street, en octubre  de1929, y la Gran Depresión resultante.
-          Cuarto, Segunda Guerra Mundial.
-          Quinto, la conversión de recursos de los Estados Unidos y sus ciudadanos de propiedades reales por recursos de papel desde 1945 al presente, transformando una América victoriosa y el poder mundial más adelantado en 1945 en la más grande nación deudora del mundo en 1990.

De esto existe una reseña a extremo detalle escrita por Eustace Mullins (1), bajo encargo y asesoría del poeta y escritor Ezra Pound (2), en el libro “Mullins On The Federal Reserve”. Se describe cómo lograron la instauración del Segundo Banco de Los Estados Unidos y la actual Reserva Federal, bajo la batuta de Paul Warburg, uno de los socios banqueros más importantes de los Rothschild en Europa.

Alrededor del año 1900, los Rotschild enviaron a Estados Unidos a uno de sus agentes, Paul Warburg, quien debía cooperar con el Banco Kuhn Loeb & Co. Jacob Schiff y Paul Warburg que emprendieron una campaña tendente a instaurar varios «Federal Reserve Banks» (FED), instituciones privadas de emisión de moneda. Con el apoyo de los dos grandes grupos financieros Rotschild y Rockefeller, lograron fundar un banco central privado con derecho a emitir su propia moneda, medio legal de pago garantizado al principio por el Estado. La instauración de la FED, en 1913, permitió que los banqueros internacionales pudieran consolidar su poderío financiero en Estados Unidos. Paul Warburg fue el primer presidente de la FED.

Después de la fundación de la FED se produjo la adopción de la 6ª enmienda de la Constitución estadounidense, que permitió que el gobierno cobrara un impuesto sobre los ingresos, como consecuencia de que el gobierno no pudiese emitir más su propia moneda. De esa manera, los banqueros internacionales se apropiaban indirectamente del patrimonio privado de todos los norteamerianos. En aquel momento, los accionistas más importantes de la FED eran:

1.      Los bancos Rothschild de París y de Londres
2.      El Banco Lazard frères de París
3.      El Banco Israel Moses Seif en Italia
4.      El Banco Warburg en Amsterdam y Hamburgo
5.      El Banco Lehmann en Nueva York
6.      El Banco Kuhn Loeb & Co.en Nueva York
7.      El Banco Rockefeller Chase Manhattan en Nueva York
8.      El Banco Goldman Sachs en Nueva York.

Mullins comienza su exposición con esta cita: "G. Edward Griffin expone el crimen más ruidoso de toda la historia. Está todo aquí: la causa de las guerras, los ciclos de expansión-caída, inflación, depresión, prosperidad. Es justo lo que cada americano necesita saber sobre el poder del banco central".

El gobierno de los Estados Unidos había ordenado la formación de una Comisión Monetaria Nacional que se encargaría de diseñar un nuevo sistema monetario capaz de dar certeza al pueblo y de evitar otra gran depresión. Fue el senador Nelson Aldrich nombrado presidente de tal Comisión. Inicialmente organizó una excursión a Europa para los miembros de la Comisión que duró dos años, pero sin resultado alguno, ni siquiera un informe. Pero se sospecha que en esa aventura, fue cooptado por los agentes de Rothschild para obligarlo a aceptar un plan prediseñado por ellos y que sería descrito en su oportunidad por Paul Warburg. El plan fue pues descrito por Warburg en la isla Jekyll (isla comprada unos años antes por un grupo de millonarios dirigidos por J.P. Morgan). Pero no se dieron cita los miembros de la Comisión, a excepción de Aldrich y Piatt, sino banqueros que juntos representaban un sexto de la riqueza mundial. Los asistentes a tal conspiración fueron: el secretario privado de Aldrich, Shelton; A. Piatt Andrew, Secretario Auxiliar de la Tesorería, y Ayudante Especial de la Comisión Monetaria Nacional; Frank Vanderlip, presidente del National City Bank of New York, Henry P. Davison, socio senior de J.P. Morgan Company, y generalmente considerado como emisario personal de Morgan; y Charles D. Norton, presidente del First National Bank of New York dominado por Morgan, Benjamín Strong, también conocido como lugarteniente de J.P. Morgan; y Paul Warburg que se había unido recientemente a la casa bancaria Kuhn, Loeb & Co.

Mullins escribe: “El Grupo de Isla Jekyll permaneció en el club durante nueve días y trabajó furiosamente para completar su tarea... La "reforma monetaria", plan preparado en Isla Jekyll, sería presentada al Congreso como el trabajo completo de la Comisión Monetaria Nacional. Era indispensable que los autores reales del proyecto permanecieran ocultos... Había empezado con la lucha de Thomas Jefferson contra el esquema de Alexander Hamilton por el First Bank of the United States, respaldado por James Rothschild. Había continuado con la guerra exitosa del Presidente Andrew Jackson contra el esquema de Alexander Hamilton para el Second Bank of the United States en que Nicholas Biddle estaba actuando como agente para James Rothschild de París... El problema principal, como Paul Warburg informó a sus colegas, era evitar el nombre "Banco Central". Por esa razón, había elegido la designación de "Sistema de la Reserva Federal". Esto engañaría al pueblo al pensar que no era un banco central... La próxima consideración era ocultar el hecho que el propuesto "Sistema de la Reserva Federal" sería dominado por los amos del mercado de dinero de New York... El Artículo 1, Sec. 8, párrafo 5 de la Constitución expresamente encarga al Congreso con "poder para acuñar dinero y regular el valor de ese". El plan Warburg privaría al Congreso de su soberanía, y los sistemas de control y equilibrio de poder puestos por Thomas Jefferson en la Constitución ahora se destruirían.”

En 1930 la deuda externa de los USA, era casi inexistente. Al día de hoy, gracias a la Reserva Federal, es de más de un billón de dólares (en notación estadounidense).

Pero, ¿de dónde salieron los fondos iniciales para iniciar las operaciones de la FED?. Es sabido que la fortuna de los Rothschild bien pudieron cubrir ese aspecto, pero también es sabido que ellos prefieren invertir los fondos de terceros en lugar de los propios. Mullins ha producido una serie de documentales donde explica y demuestra cómo la envidia del Rey Jorge de Inglaterra hacia la fortuna de su primo, el zar Nicolás de Rusia, hizo que encargara a los Rothschid que financiaran a Lenin. El oro que robaron de la familia real rusa iría a parar a los socios de Rothschild en Estados Unidos para financiar la creación de la Reserva Federal Americana que, desde entonces, está bajo su control. Mullins aclara que durante los 70 años que duró el “comunismo” fue una agencia de cooperación de los Estados Unidos (pagada por el contribuyente norteamericano) quien consiguió que se mantuviera a flote la catastrófica economía comunista. La razón de la caída del comunismo fue, ni más ni menos, que la hacienda estadounidense no pudo continuar sosteniendo a su “enemigo”, imprescindible para continuar alimentando la industria armamentística y creando guerras (al estilo de la de Irak) en Corea y Vietnam. Simplemente, no hubo razón alguna para estas guerras, según Mullins, “había que hacerlas para dar salida al excedente de armas”. Un repaso a la historia de la familia Rothschild y a la influencia de la casa real británica en los golpes de estado a la economía estadounidense a través de la creación de bancos centrales, completan esta apabullante información.

Desde otras fuentes puede demostrarse ampliamente lo que Mullins dice en sus documentales. Por ejemplo, al igual que la influencia Illuminati para provocar la Revolución Francesa, hubo una influencia similar respecto al comunismo. Karl Marx fue financiado por el Illuminati para escribir su manifiesto comunista. Weishaupt introdujo en la filosofía Illuminati a Kant y muy especialmente a Hegel en la forma de que para tener control de un sistema, era necesario partir de una Tesis, enfrentarla a la Antitesis y el resultado sería invariablemente la Síntesis. Capitalismo y Comunismo fueron enfrentados para obtener el Nuevo Orden Mundial con pleno control de quienes lo proponen.

Con la economía estadounidense bajo su control, los Rothschild no tardaron en establecer nuevos objetivos para apoderarse del mundo. Existe un documento tachado como fraudulento, falso, ficticio, etc., que contiene información sobre estos nuevos objetivos, que en realidad no eran tan nuevos, sino parte de un plan global concebido varios años atrás. Se trata de “Los Protocolos de los Sabios Sión”, documento que fue presentado al zar de Rusia con el fin de influenciarlo para que aceptara que los judíos en Europa significaban una seria amenaza. En el capítulo IV, analizaremos algunos extractos de este libro, vistos a la luz de los conocimientos adquiridos en “El Sistema del Poder”:


1 Eustace Mullins (Eustace Clarence Mullins, Jr.), es un veterano de la fuerza aérea de Estados Unidos, con treinta y ocho meses de servicio activo durante la Segunda Guerra Mundial. Virginiano nativo, fue educado en Washington y Lee University, Universidad de New York, Universidad de Ohio, Universidad de Dakota del Norte, la Escuelas des Bellas Artes, San Miguel de Allende, México, y el Instituto de Artes Contemporáneas, Washington, D.C.

2 Ezra Pound fue prisionero político durante trece años y medio en el Hospital St. Elizabeth, Washington, D.C. (institución Federal para dementes). Su descargo fue grandemente cumplido para los esfuerzos de Mr. Mullins.

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