jueves, 5 de julio de 2012

LA VERDAD QUE DUELE


Detrás de las pasadas elecciones, hay verdades que no se dicen, de esas verdades que duelen a quienes operaron ingenuamente, simpatizaron y/o votaron por la derecha mexicana esgrimida principalmente por el PRI y el PAN. ¿A qué me refiero? Veamos:

Haciendo un poco de historia sobre la derecha mexicana, tanto el PRI como el PAN han sufrido cambios de fondo que sin embargo, aparecen invisibles para la gran mayoría de los mexicanos. Recordemos la escisión del PRI en el 88 cuando Cárdenas a lado de Ifigenia Martínez, Porfirio Muñoz Ledo, César Buenrostro y Rodolfo González Guevara deciden abandonar al PRI tras considerar que el partido se había alejado de los principios que le dieron origen. Con esta salida, la izquierda priísta queda debilitada, lo que se hizo más profundo después de otros abandonos en los siguientes años, hasta que el ala tecnócrata, termina por desplazar casi por completo a los izquierdistas del Revolucionario, consolidándose así, como un partido derechista de corte netamente neoliberal.

Por parte del PAN, fue en épocas de Luis H. Álvarez, que el partido abre sus puertas de par en par a la participación de grandes empresarios, sobresaliendo los del norte de la República. Es entre 1975 y 1988 que empresarios medianos y pequeños consideran primero la restauración del pacto semi corporativo con el gobierno, luego la creación de asociaciones políticas propias y, más tarde, su afiliación al PAN. Los líderes, especialmente el CCE y la Coparmex, recurrieron a la protesta pública, al litigio y a la política partidista con el fin de defender sus intereses a partir de una serie de principios liberal demócratas. De esta manera, con la enorme influencia que significa el poder del dinero, el ala empresarial del PAN empieza a trastocar las bases panistas dejando el tema democrático como secundario y anteponiendo sobre este, el tema de la libre empresa, que años después con el advenimiento de la globalización, se torna completamente neoliberal.

De los orígenes un tanto opuestos, al menos en lo ideológico, la historia fue juntando cada día más los intereses entre PRI y PAN, de modo que el PRI permitió la primera gubernatura panista en el 89, y así se fueron integrando hasta que durante el sexenio de Zedillo, se permiten dar un abrazo fraterno. Hubo entonces un pacto -como depositarios que eran y son, de los intereses empresariales por sobre cualquier otro valor o principio-, que consistió en comprometerse a mantener el control del Estado por los medios que fuese necesarios emplear, inclusive con la alternancia del poder Federal. Mientras, por encima, las cosas no tendrían por qué cambiar mucho, pensando en que algunas veces, los primeros tendrían que ser oposición y otras, los segundos, para lo cual se requiere manejar la percepción pública de que son diferentes entre sí. Pero de haber sido diferentes, el PRI nunca habría entregado la Presidencia al PAN; o si el PAN en el poder, hubiese traicionado el pacto, jamás hubiese permitido el regreso del PRI, como ahora se pretende; de haber sido diferentes, sus votaciones en las Cámaras no estarían marcadas por el interés político, dejando sólo como justificante, el ideológico.

Sin embargo, este es apenas el segundo nivel de realidad, manejado por muchos analistas y “expertos” en la materia. Existen otros niveles aún más recónditos, más callados y más firmes. El inicio del neoliberalismo en México, data de los tiempos del Presidente Miguel Alemán, aunque sólo como un proyecto a iniciarse en 40-50 años y sin una clara definición. El hecho que remarca esta idea, es la moda que empieza a imponerse entre los políticos de mandar a sus hijos a estudiar a las grandes universidades del EEUU. El objetivo de esta “moda”, por así llamarla, viene contemplado en documentos oficiales de la Casa Blanca: “…hagamos que sus futuros gobernantes sean educados en nuestras Universidades para inculcarles nuestras ideas… y no será necesario tomar por la fuerza lo que queramos de ellos”. Los gobernantes educados bajo la ideología neoliberal, fueron Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, y un sinnúmero de Secretarios de Estado y Funcionarios de toda índole, que no casualmente ocupan y han ocupado posiciones clave para el desarrollo del programa de globalización de la economía. Ya con el tiempo, en México se han creado Institutos, como es el caso del ITAM,  que guardan todo el núcleo de la ideología neoliberal para educar a gente aquí que comulgue y defienda las agendas del Libre Mercado.

Sin embargo, la historia no termina ahí. Existe otro nivel de realidad aún más oculto. Se refiere al complot mundial por adueñarse de todos los recursos del planeta, no sólo los energéticos, aunque estos tienen especial interés. Los políticos neoliberales y algunos otros, inclusive de izquierda, llevan agendas internacionales dadas desde la ONU y sus instituciones satélite, que tiene por objetivo, además del saqueo indiscriminado a todos los pueblos, el control mental, económico, político, social, cultural, religioso, etc., de la población. Las instituciones que dictaminan, distribuyen y dan seguimiento a esas agendas, se cuentan entre las más poderosas e influyentes del mundo, y todas, tienen un mando único. Cada año, se lleva a cabo una tarea de evaluación de resultados y marcaje de pautas en la ya muy conocida reunión del grupo Bildeberg, que es espejo y eco de las reuniones de los implementadores de las agendas en sus diferentes niveles, organizados de acuerdo a diversos parámetros. Así se agrupan los G20, los G8, los congresos de Davos, etc. La crema y nata, los responsables, mentores, analistas y ejecutivos de las agendas, han sido adiestrados desde jóvenes para tales fines, todos ajenos a los intereses auténticos de los pueblos donde prosperan como figuras públicas, y algunas no tan públicas. Para el caso de México, ahí se dan la mano quienes están detrás de las políticas partidistas del PRI y del PAN; se ponen de acuerdo y giran instrucciones a los ejecutores, que son los políticos. ¿O acaso creen que los programas de gobierno, tanto de la derecha como de la izquierda son producto espontáneo de quienes los proponen? El único programa de gobierno, de los que actualmente circulan, que no es copia fiel de los programas hechos por los “genios” de la ONU y sus satélites, es el de López Obrador. Este programa completamente fuera de agenda, con la pretensión de llevarse a cabo por alguien que no es parte de la “Familia”, resulta en un verdadero peligro para las metas de ese, a quien alguien llamó el Gran Clan Mundial.

Cuán lejos de la verdad está la gran mayoría de la población respecto a lo que hay detrás de esta elección. Cuán lejos esta de comprender que no se trata de una lucha política interna, sino de una lucha contra la injerencia externa. Cuán lejos están de entender que para efectos de la agenda internacional (completamente nociva para los pueblos), el PRI, el PAN y parte del PRD son lo mismo. Esa es la verdad que duele: LA IGNORANCIA.

(Masquerpa / 2012)

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