Detrás de las pasadas elecciones, hay verdades que no se
dicen, de esas verdades que duelen a quienes operaron ingenuamente,
simpatizaron y/o votaron por la derecha mexicana esgrimida principalmente por
el PRI y el PAN. ¿A qué me refiero? Veamos:
Haciendo un poco de historia sobre la derecha mexicana,
tanto el PRI como el PAN han sufrido cambios de fondo que sin embargo, aparecen
invisibles para la gran mayoría de los mexicanos. Recordemos la escisión del
PRI en el 88 cuando Cárdenas a lado de Ifigenia Martínez, Porfirio
Muñoz Ledo, César Buenrostro y Rodolfo González Guevara deciden abandonar
al PRI tras considerar que el partido se había alejado de los principios que le
dieron origen. Con esta salida, la izquierda priísta queda debilitada, lo que
se hizo más profundo después de otros abandonos en los siguientes años, hasta
que el ala tecnócrata, termina por desplazar casi por completo a los
izquierdistas del Revolucionario, consolidándose así, como un partido
derechista de corte netamente neoliberal.
Por parte del PAN, fue en épocas de Luis H. Álvarez, que el
partido abre sus puertas de par en par a la participación de grandes
empresarios, sobresaliendo los del norte de la República. Es entre 1975 y 1988
que empresarios medianos y pequeños consideran primero la restauración del
pacto semi corporativo con el gobierno, luego la creación de asociaciones
políticas propias y, más tarde, su afiliación al PAN. Los líderes,
especialmente el CCE y la Coparmex, recurrieron a la protesta pública, al
litigio y a la política partidista con el fin de defender sus intereses a
partir de una serie de principios liberal demócratas. De esta manera, con la
enorme influencia que significa el poder del dinero, el ala empresarial del PAN
empieza a trastocar las bases panistas dejando el tema democrático como
secundario y anteponiendo sobre este, el tema de la libre empresa, que años
después con el advenimiento de la globalización, se torna completamente
neoliberal.
De los orígenes un tanto opuestos, al menos en lo
ideológico, la historia fue juntando cada día más los intereses entre PRI y
PAN, de modo que el PRI permitió la primera gubernatura panista en el 89, y así
se fueron integrando hasta que durante el sexenio de Zedillo, se permiten dar
un abrazo fraterno. Hubo entonces un pacto -como depositarios que eran y son,
de los intereses empresariales por sobre cualquier otro valor o principio-, que
consistió en comprometerse a mantener el control del Estado por los medios que
fuese necesarios emplear, inclusive con la alternancia del poder Federal. Mientras,
por encima, las cosas no tendrían por qué cambiar mucho, pensando en que
algunas veces, los primeros tendrían que ser oposición y otras, los segundos,
para lo cual se requiere manejar la percepción pública de que son diferentes
entre sí. Pero de haber sido diferentes, el PRI nunca habría entregado la
Presidencia al PAN; o si el PAN en el poder, hubiese traicionado el pacto,
jamás hubiese permitido el regreso del PRI, como ahora se pretende; de haber
sido diferentes, sus votaciones en las Cámaras no estarían marcadas por el
interés político, dejando sólo como justificante, el ideológico.
Sin embargo, este es apenas el segundo nivel de realidad,
manejado por muchos analistas y “expertos” en la materia. Existen otros niveles
aún más recónditos, más callados y más firmes. El inicio del neoliberalismo en
México, data de los tiempos del Presidente Miguel Alemán, aunque sólo como un
proyecto a iniciarse en 40-50 años y sin una clara definición. El hecho que
remarca esta idea, es la moda que empieza a imponerse entre los políticos de
mandar a sus hijos a estudiar a las grandes universidades del EEUU. El objetivo
de esta “moda”, por así llamarla, viene contemplado en documentos oficiales de
la Casa Blanca: “…hagamos que sus futuros
gobernantes sean educados en nuestras Universidades para inculcarles nuestras
ideas… y no será necesario tomar por la fuerza lo que queramos de ellos”.
Los gobernantes educados bajo la ideología neoliberal, fueron Miguel de la
Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, y un sinnúmero de Secretarios de
Estado y Funcionarios de toda índole, que no casualmente ocupan y han ocupado
posiciones clave para el desarrollo del programa de globalización de la
economía. Ya con el tiempo, en México se han creado Institutos, como es el caso
del ITAM, que guardan todo el núcleo de
la ideología neoliberal para educar a gente aquí que comulgue y defienda las
agendas del Libre Mercado.
Sin embargo, la historia no termina ahí. Existe otro nivel
de realidad aún más oculto. Se refiere al complot mundial por adueñarse de
todos los recursos del planeta, no sólo los energéticos, aunque estos tienen
especial interés. Los políticos neoliberales y algunos otros, inclusive de
izquierda, llevan agendas internacionales dadas desde la ONU y sus
instituciones satélite, que tiene por objetivo, además del saqueo
indiscriminado a todos los pueblos, el control mental, económico, político,
social, cultural, religioso, etc., de la población. Las instituciones que
dictaminan, distribuyen y dan seguimiento a esas agendas, se cuentan entre las
más poderosas e influyentes del mundo, y todas, tienen un mando único. Cada año,
se lleva a cabo una tarea de evaluación de resultados y marcaje de pautas en la
ya muy conocida reunión del grupo Bildeberg, que es espejo y eco de las
reuniones de los implementadores de las agendas en sus diferentes niveles,
organizados de acuerdo a diversos parámetros. Así se agrupan los G20, los G8, los
congresos de Davos, etc. La crema y nata, los responsables, mentores, analistas
y ejecutivos de las agendas, han sido adiestrados desde jóvenes para tales
fines, todos ajenos a los intereses auténticos de los pueblos donde prosperan
como figuras públicas, y algunas no tan públicas. Para el caso de México, ahí
se dan la mano quienes están detrás de las políticas partidistas del PRI y del
PAN; se ponen de acuerdo y giran instrucciones a los ejecutores, que son los políticos.
¿O acaso creen que los programas de gobierno, tanto de la derecha como de la
izquierda son producto espontáneo de quienes los proponen? El único programa de
gobierno, de los que actualmente circulan, que no es copia fiel de los programas
hechos por los “genios” de la ONU y sus satélites, es el de López Obrador. Este
programa completamente fuera de agenda, con la pretensión de llevarse a cabo
por alguien que no es parte de la “Familia”, resulta en un verdadero peligro
para las metas de ese, a quien alguien llamó el Gran Clan Mundial.
Cuán lejos de la verdad está la gran mayoría de la población
respecto a lo que hay detrás de esta elección. Cuán lejos esta de comprender que
no se trata de una lucha política interna, sino de una lucha contra la
injerencia externa. Cuán lejos están de entender que para efectos de la agenda
internacional (completamente nociva para los pueblos), el PRI, el PAN y parte
del PRD son lo mismo. Esa es la verdad que duele: LA IGNORANCIA.
(Masquerpa / 2012)
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